martes, 26 de julio de 2016

Recorrido por las calles de Castellote


            En artículos anteriores hemos hecho referencia a los elementos de arquitectura militar que pudimos visitar durante nuestra estancia en Castellote, en compañía de Dª Rita Pereira Pérez. Hoy terminamos la serie dedicada a esta hermosa localidad del Maestrazgo turolense con algunos de los monumentos que se encuentran en su casco urbano.





            Comenzaremos con dos que podemos encuadrar dentro de la arquitectura popular. El primero de ellos es esta interesante fuente, situada junto a la Casa Consistorial en lo que, antaño, fue una de las entradas de la población. Está presidida por la conocida con el nombre de “dama de las sargantanas”, un relieve con la figura de una mujer y lagartijas o sargantanas a las que hace alusión la denominación popular.







            Nos llamó poderosamente la atención este espectacular conjunto, constituido por el lavadero y la fuente anexa, algo frecuente en las localidades de la zona, aunque en este caso está dotado de especial magnificencia. Dispone de una escalera monumental y se cubre con una cubierta de madera y varias vertientes, habiendo sido restaurado recientemente.





            Dentro de los monumentos religiosos, pudimos visitar la ermita de la Virgen del Agua, adosada al torreón “templario” en el siglo XVII. En el exterior, destacan las columnas salomónicas que flaquean la portada de acceso y ático. El interior, de planta casi de cruz griega se cubre con una cúpula ciega sobre pechinas en el transepto.




            Allí se venera a la Patrona de la localidad, una talla románica que, según la tradición fue encontrada por un sacerdote en el paraje de “El aguador”, siendo también la titular de la ermita que allí existe, a la que nos referimos en un artículo anterior. Es la única imagen que se salvó, en el expolio llevado a cabo durante la Guerra Civil, merced a la intervención de Dª Asunción Cano Sañudo y D. Auspicio Gabanes Gracia, que la sustituyeron por una muñeca, recubierta por el manto.




             La iglesia parroquial está dedicada a San Miguel Arcángel y es un bello ejemplo de la arquitectura gótica del siglo XV, construida en piedra, salvo el ábside poligonal que es de ladrillo.



 
  
          Aunque no pudimos visitar su interior, el exterior es muy interesante con la portada principal bellamente decorada en sus arquivoltas, aunque muestra también huellas de la destrucción a la que fue sometida. Destaca, asimismo, el arco apuntado por el que se accede la facha lateral.



 

            
          Pero Castellote cuenta con un conjunto especialmente significativo de edificios representativos de la arquitectura civil, entre ellos su Casa Consistorial, con la lonja inferior formada por arcos apuntados de piedra.





            Son numerosos los ejemplos de casas señoriales de los siglos XVI, XVII y XVIII que podemos encontrar recorriendo sus calles. Por su interés, merecería la pena una intervención más activa en alguno de estos edificios.




           En cualquier caso, el trazado de sus calles, las características de sus edificios y los elementos característicos de su arquitectura hacen sumamente grato el deambular por ellas.




            Lamentablemente, quedan huellas de los daños infringidos en el pasado a alguno de sus elementos patrimoniales, como esa bella hornacina con el relieve de la Sagrada Familia o escudos de armas borrados con saña.



            Castellote dispone de un buen espacio cultural en el antiguo cuartel de la Guardia Civil, rehabilitado para estos fines y en el que, el día de nuestra visita, se estaba impartiendo una conferencia sobre la Orden del Temple.



            Afortunadamente, en nuestro recorrido por el casco urbano, pudimos encontrar un testimonio visible, aunque prácticamente olvidado, que pone de manifiesto la vinculación de la localidad con la Orden de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, durante seis siglos: un escudo situado sobre la portada de acceso al desaparecido horno. Se trata de un escudo partido, en cuya primer cuartel aparecen las armas del comendador que lo mandó construir. Que es de un comendador, queda de manifiesto por llevar, en jefe la cruz recta de la Orden que también aparece en el segundo cuartel.



            Castellote cuenta también con un monumento, como muestra de reconocimiento a uno de sus hijos más ilustres, D. Agustín Plana Sancho, Coronel honorario del Cuerpo de Ingenieros de Armamento y Construcción, que llegó a ser Director de Altos Hornos de  Vizcaya, Presidente del Consejo de Administración de RENFE y Subsecretario de Obras Públicas entre 1957 y 1967. Entre las numerosas condecoraciones y distinciones recibidas figura el nombramiento de “Hijo Predilecto de Castellote”, otorgado el 9 de septiembre de 1957.

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